En los últimos años, comprar relojes vintage se ha puesto de moda. Ya no es algo raro, incluso está bien visto, y puede ser una buena inversión si se disponen de los conocimientos y criterios serios.
¿De dónde viene el concepto vintage?
Primero aclarar que “vintage” no es una palabra francesa, sino inglesa (ˈvɪntɪdʒ), referida a la añada de un vino que con la edad suele incrementar su valor, y que según determinados valores relativos a la cosecha, la marca, los campos, la variedad, la añada, excepciones (desastres naturales de ese año, quiebra de la bodega, …) etc., puede hacerlo incrementar mucho más. A partir de ahí, es cuando el concepto vintage se trasladó a joyas, relojes e incluso automóviles.
¿Cuando se produce ese salto cualitativo entre el reloj viejo y el reloj clásico?
¿El punto está en los 15, 20 o 50 años? ¿Puede ser un Casio de los 80 un reloj clásico o ya vintage? ¿Está relacionado con el numero de unidades que se fabricaron?
No está claro y es un concepto poco estático, con excepciones. Volviendo al coleccionismo de automóviles, hay coleccionistas que piensan que un coche deja de ser antiguo y se convierte en clásico cuando el precio deja de caer por considerarse viejo y empieza a revalorizarse y valorarse. En los automóviles más o menos está claro, pero en los relojes no existe un acuerdo generalizado para el concepto reloj vintage.
Hay teorías que hablan que debe haber en el mercado un stock de unidades “vivas” o en circulación limitada, y debe costar encontrar piezas en buen estado, asimismo, se deben haber dejado de fabricar piezas y recambios. Normalmente los relojes “vintage” requieren más cuidados que los modernos, no son tan precisos (tanto en maquinaria como en controles de calidad de la época) y son mucho más delicados.
Para Andhora.com, éstos son los cinco de la decena de criterios que utilizamos para reconocer un reloj vintage:
- Conservación original: Un reloj que no se conserve con las piezas originales del modelo (pueden ser recambios, pero de relojes y modelos de esa época) no se considerará vintage de pura cepa. Existe el concepto de Relojes Frankenstein o Frankies (que significa confeccionados con piezas de relojes y maquinarias diversas) que no sería a lo que nos referimos, pero se aproxima. Un modelo con piezas de otras épocas o de relojes modernos, no está bien visto por el coleccionista tipo. Hay que conservar la estética y piezas originales del modelo y la época lo más fiel posible. Un reloj conservado como si hubiera salido de la fabrica en 1960 es apreciado entre los verdaderos coleccionistas e inversores. Igual que pasa con los coches antiguos.
- Imposibilidad de comprar en establecimiento autorizado, a menos que sea NOS (New Old Stock): El auténtico aspecto que nos indica que un reloj es realmente vintage es que no lo venden en la tienda, joyería o relojería. No está en el catálogo. Cuando hay que acudir a otro tipo de canales de compra o información, es el indicio de que estás buscando una pieza auténticamente vintage. El comprador de relojes vintage es un coleccionista que consideramos como “watch-hunter”: un cazador paciente, que se adentra en la selva, que sólo dispone de una única bala, que suelen haber estudiado absolutamente todo de la pieza, esperan meses o años para encontrarla, (dado que no es fácil comprar a precios adecuados determinados modelos en buenas condiciones hasta que la encuentran), y Zas!! Entonces se lanzan a por ella. También suele darse la situación de que en el momento que consiguen el trofeo, ya vuelven a estar obsesionados con la siguiente pieza vintage…
- Historia del reloj: Éste es un aspecto complicado, aunque a tener en cuenta. Existen modelos de los que existen pocas unidades, ya sea porque son ediciones limitadas o por que en su momento no tuvieron éxito de venta, como el Rolex Daytona o el Explorer II Freccione– Steve Mcqueen. Pero al cabo de los años, han sido muy valorados por los coleccionistas y son una de las mejores inversiones en relojería vintage. O el Omega SpeedMaster con su viaje a la luna el año 1969, el Seiko Pogue con su viaje secreto conocido años después al espacio. Estas historias que llevan determinados modelos, los hacen estar en un olimpo de iconos de la relojería vintage.
- Reediciones vs. Originales Vintage: Como octavo criterio, hablaremos de la poca creatividad de los departamentos de I+D y Marketing de las marcas relojeras (o claramente, aprovechar el tirón vintage y exprimir a la vaca lechera para tener contentos a los accionistas de esos grandes holdings como Swatch, Richemont o LVMH) en la actualidad. En los últimos años, no ha habido grandes lanzamientos o modelos con grandes diseños o efectos WOW. Cuando una marca saca como novedad una reedición de un modelo vintage, por una parte eleva el estatus de ese modelo pero a la vez también lo rebaja, ya que no se mantiene la autenticidad ni el valor de las piezas vintage. Para el público general es una opción fácil para entrar en la historia de la marca relojera con modelos míticos, pero los románticos de la relojería no creemos que sea lo más correcto a medio y largo plazo. Normalmente hay marcas que exprimen hasta la extenuidad modelos vintage icono (como es el caso de Omega), otras que hacen cambios como el color de una palabra en el dial (como es el caso de Rolex) o los tradicionalmente puros (como Patek Philippe).
- Diseños espectaculares y cierto Glamour: El último aspecto viene relacionado con el look del reloj. Hablamos de diseños o antiguos o de combinaciones de colores sesenteros y setenteros. Formas muy diferentes y correas extravagantes. Diales no demasiado grandes (sin pasar de 40mm y normalizando diales masculinos de 36mm, considerados “femeninos” según las modas actuales), materiales innovadores y correas distintas.